La historias de Mar Vaquerizo se caracterizan por tener un Seal ajajaj. Es broma, pero la realidad es que el protagonista masculino es un exmilitar que ha tenido que regresar a Madrid porque ha recibido una herencia que tiene que asumir. Por un lado, el dinero, por otro la empresa que ha heredado junto a su hermana: Patricia y su hermanastra: Melanie, la villana de la historia. Yo creía que poca acción iba a tener y me he llevado una sorpresa porque hacia el final, he temido por mi vida. No le sobran páginas es más el grosor es maravilloso. 

La estructura es la siguiente, son un total de sesenta y ocho capítulos y un epílogo.

La narración es omnisciente. Es un narrador externo quien nos narra la historia. Cuenta lo que ocurre, cómo piensan y cómo se sienten los protagonistas está muy logrado. 

El lenguaje es muy cotidiano y te atrapa entre sus páginas. Es de estos libros en los que las páginas se pasan solas. 

Los personajes son varios:

Eva tiene un trabajo que le permite vivir en Madrid, pero odia a su jefa. Tiene que viajar seguido al extranjero y se le hace bola porque quiere estar cerca de sus seres queridos. Un día en un bar conoce a Daniel y ni se imagina lo mucho que va a cambiar su vida. 

Daniel es exmilitar, ha vivido muchos años en el extranjero y regresa por una herencia. Porque gracias a la investigación consigue recuperar el testamento y reclamar su herencia que la víbora de su hermanastra se ha encargado de quedarse. Pondrá todo patas arriba en la empresa, una empresa que al principio ni quería... ¿Ya habéis encontrado la relación, no?

Mi valoración final es la siguiente: Esta es una novela que empieza con recuperar una herencia, nos presenta un romance, él al ser exmilitar no se dudaba que iba a tener algo de acción y aún encima bebes las páginas. Mar se ha vuelto a superar. Es que la villana de la historia es lo mejor porque nunca sabes por donde puede tirar. Y el instinto de protección hace de esta historia algo muy bonito. 

Mi puntuación es de cuatro estrellas y media sobre cinco.