Autora: Mónica Maier
Editorial: Kiwi
Nº de páginas: 210
Género: romántica
Precio: 15,90€
<<Vivimos esperando a que reaccione primero el otro y
así es como nos quedamos: con mil cosas por decir, por hacer, por sentir, por
disfrutar.>>
Eva necesita distancia. De Marco. De ella. De los lugares
comunes que le recuerdan lo que ya no son. Por todo ello, decide dejar su
ciudad y refugiarse en un pequeño pueblo cerca de la Costa Brava donde busca la
calma que le permita dar un nuevo rumbo a su vida. Un lugar sin sobresaltos,
hasta que Eva tropieza con un huracán de ojos azules que arrasará con todo lo
que creía saber y a empujará a enfrentarse a lo que más teme: ella misma.
Una historia intensa y emotiva que nos habla de las
conversaciones, a viva voz o silenciosas;
las decisiones, cobardes o valientes; y las mentiras y verdades a
medias, que condicionan nuestra vida y felicidad.
Hola lectores, como sabéis el sábado 18 de enero de 2020 asistí a un evento literario que se celebró en Vigo, la ciudad de las luces navideñas. O como dice Caballero: “Vigo onde nace o nadal” La verdad es que cada año se superan más y atraen a más gente. ¡Viva Galicia!
A lo que voy, que me desvío del tema. Mónica Maier la autora de este libro fue una de las asistentes al VEL: Vigo entre letras y además de conocerla y felicitarla por “Todos mis te quiero son para ti” pues conseguí que me firmara el ejemplar que compré de “Malditas palabras de amor” el libro del que vengo a hablar hoy.
La historia de este libro se podría decir que empieza en una gasolinera con un golpe. Donde Eva la protagonista se topa con un chico que parece alemán, el cual, le ha dado un golpe a su coche. Ella va hacia un pueblo en busca de paz, tras su divorcio con Marco. Allí conoce a Olivia, una chica encantadora y a Bruno, su casero. ¿Conseguirá resurgir de sus cenizas tal cual ave fénix?
La estructura de este libro es la siguiente, son un total de veinticinco capítulos y un epílogo. Es una novela corta para leer en una sentada. Porque no tiene más de 200 páginas y se lee rápido. De estos libros de lectura fácil.
La narración es omnisciente, es decir, en tercera persona. Es un narrador externo quien nos cuenta la historia de Eva.
El lenguaje es claro, sencillo, con frases inspiradoras y profundas. Como la que está en la contraportada. Os dejo alguna selección que he realizado.
“Un lugar donde la rabia no me acosase en cada acera. Donde nadie me conociese y pudiera enfrentarme a todo lo que estaba ocurriendo sin simular una fortaleza que en ese momento no poseía”
“Cuando tu vida se cae a pedazos, el mundo real siempre se las apaña para abrirse paso a codazos”.
“Cuántos secretos en una mirada confiada.”
“Lo veo desaparecer calle arriba, con la sensación que cuándo él está cerca no hay mar que se sienta en calma.”
“Solo estas malditas palabras de amor que ya no nos sirven de nada”.
“Puede que tenga cosas que resolver, y que solo haya recorrido una parte del camino, pero he cambiado, al menos lo suficiente para esta vez no salir corriendo”
Los personajes, mejor dicho, los protagonistas son dos: Eva y Bruno.
Eva está un poco rota tras su divorcio con Marco. Todo le recuerda a él, por eso decide irse a un pueblo de Barcelona a recomponerse. Allí conoce a Bruno, un hombre del que las lenguas viperinas del pueblo no hablan demasiado bien. Si hay algo que le gusta a la gente de pueblo es hablar de los demás. Y Eva lo descubrirá.
Bruno es un manitas. Vive en ese pueblo por circunstancias en el que la vida le ha colocado. No quiere enamorarse de nuevo. Es un poco arisco, pero todo el mundo puede llegar a serlo si se lo propone. Su aspecto es de tipo duro y tampoco juega a su favor. Parece alemán, pero a las personas hay que conocerlas.
Mi valoración final es la siguiente, es un libro romántico. El hilo de la historia es simple, pero se contempla la necesidad del uno al otro. Como dos medias naranjas que encajan en una perfecta. La pluma de Mónica es muy buena y las páginas se pasan solas.
Mi puntuación es de tres estrellas y media.
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