La historia nos presenta a Sophie Frampton que como está a punto de cumplir los treinta, la sociedad londinense ya no la considera "mujer casadera" por lo que o se apura o se quedará solterona para siempre. Al ser hija de un barón en un pueblo pequeño, las posibilidades de casarse son escasas. ÉL es el hijo de un duque arruinado. Es Percival Alcock, apodado: "El ángel de Londres" duque de Rokewood, pero arruinado por todos lados. Un contrato de alquiler como acompañante hará que nuestros protagonistas crucen sus caminos. 

La estructura son un total de cincuenta capítulos y un epílogo. La narración es aditiva y propia d euna novela de la regencia. 

La narración es en tercera persona. No es de mis favoritas, pero no ha estado mal. 

Los personajes son los protagonistas:

Sophie está a punto de la treintena, vive en el campo y ha pasado su juventud cuidando a su padre enfermo. Cuando este fallece, se da cuenta de que su vida se pasa y no tiene emoción ninguna. Sin pretendientes a la vista y dedicada a administrar un hogar que ya no le pertenece, decide seguir el consejo de un familiar y vivir una temporada en Londres y disfrutar de sus diversiones.

Allí, la espera Percy, un duque con una dudosa reputación y casi en la ruina, que dedica su tiempo a acompañar a jóvenes damas y mostrarles lo mucho que se pueden divertir en la ciudad.

Además de ellos dos están Darius y Portia que también tienen su propia trama. 

Mi valoración final es la siguiente: Para empezar, es la segunda vez que leo a la autora. Me ha gustado más esta novela que la primera suya que había leído. En esta ocasión, viajamos al Londres de 1814 para visitar los bailes y dedicarse a vestir trajes preciosos para buscar un buen marido. Sophie solo quiere disfrutar de Londres y Percy acompañar a las damas para que disfruten de sus diversiones, pero tenemos un romance a fuego lento, lleno de intriga. Es una historia tierna y bonita que también tiene sus momentos de suspense.