La historia nos presenta a Marina que es fiscal. Le ocurre algo muy difícil en uno de sus casos que la lleva a vivir una rehabilitación y ya está harta de estar en casa. Por eso, cuando su jefe le propone irse a Mallorca lo ve como una vía de escape. El problema de Marina es que no viaja sola, desde el accidente tiene una voz interior a la que denomina: Tatiana que le dice lo que debería hacer. Allí, conocerá a Álex, el sobrino de su jefe. Álex está viviendo una ruptura y ahora está solo en su casa. Y lo peor es que su tío le ha encomendado ser el niñero de Marina. Además, de el está Sito, el hermano de este, un universitario que se muere por estar en casa de su hermano.

La estructura es la siguiente son un total de veintinueve capítulos.

La narración es en primera persona, por razones obvias. Tenemos que tener en cuenta que Marina habla seguido con Tatiana, si fuer aun narrador omnisciente sería raro. Por eso, es un narrador en primera persona.

El lenguaje es de lo más gracioso. Porque tiene el tono humorístico que caracteriza a algunos de los libros de María, por ejemplo, en: Se alquila habitación en piso compartido.

Los personajes son los dos protagonistas, por supuesto, la tercera en discordia: Tatiana.

Marina era una persona normal hasta que tuvo un accidente. Ahora oye en su cabeza a Tatiana. La insta a soltarse la melena, a que no vaya siempre por el camino correcto. No es fácil tener a alguien así en una cabeza, pero la necesita. Debe volver a ser la de antes, por eso cuando su jefe le ofrece la oportunidad de irse a Mallorca no lo duda.

Álex vive solo. Está deprimido porque su pareja lo ha dejado hace un año. Por eso, su madre no se cansa de buscarle novia, pero él no quiere a nadie. Además, tiene a su hermano Sito rondándole todo el día. Sobre todo, cuando su tío le pide el favor de cuidar de Marina, su nueva inquilina.

Mi puntuación es de tres estrellas sobre cinco.