Antes de empezar a contaros qué me ha parecido el libro tengo que agradecer a Ediciones Kiwi el envío del ejemplar para reseñar.

La historia nos presenta a Izzy que vive en Bravelands. Llegó allí buscando calma y la ha encontrado. Trabaja a media jornada en LA POSADA y allí es donde aparece William ante ella. William pertenece al pasado, a la etapa del instituto. Es una historia tan corta que no te da tiempo a nada. Solo introducirte en el otoño y dejar que Bravelands y el lago hagan magia. Porque si algo tiene de bonito este libro es la ambientación de cuento de hadas entre sus bosques y su otoño.

La estructura es la siguiente: son un total de veintiocho capítulos y un epílogo. Son capítulos muy cortos de extensión breve. Es que es tan corta  que sabe a poco en todos los sentidos.

La narración es en primera persona. Muy propio de Paula. Está narrada a dos voces: la de William y la de Elizabeth.

El lenguaje es muy bonito.

Los personajes son los dos protagonistas: IZZY y WILLIAM

Izzy es una joven muy amable y simpática. Vive en este pueblo tan tranquilo que su vida es más rutina que otra cosa. 

William es peor que una caja fuerte. Está tan cerrado que no se atreve a nada. Su corazón manda, pero él tarda en obedecer lo que no está escrito. Esconde un secreto gordo. Calla más que habla. Al principio está tan aterrado que finge que no se acuerda de Elizabeth, como él la llamaba.

Por otro lado, tenemos a KEV, el tercero en discordia y el que arrojará algo de luz a la trama.

Mi valoración final es la siguiente: Es un libro que se lee en un suspiro. Es tan corto que sabe a poco. Pero a la vez es tan rutinario que le sobran páginas. Narra una historia de amor, amistad y de segundas oportunidades. Sus dos protagonistas son el hilo conductor de todo y el nudo tarda tanto en aparecer que a veces, se hace un poco pesado. ¡Menos mal que son pocas páginas! Es una historia bonita, pero a la vez super sencilla.

Mi puntuación es de tres estrellas sobre cinco.