La historia nos presenta a Andrea, antiguo astrónomo reconvertido en político, lector de novelas pulp y policíacas, hombre apasionado y de viva imaginación, descubre casualmente extrañas pistas que le llevan a sospechar de David, el hijo de su compañera. Solo hay un hecho cierto: el asesino actúa según una ley del tiempo regida por la secuencia de Fibonacci. Lo descubrió Bobo, uno de los amigos universitarios de David y una brillante mente lógico-matemática. Creo que resumir lo que ocurre sería destripar la historia, por eso os añado un fragmento de la sinopsis. 

La estructura es la siguiente, son un total de veintinueve capítulo, un glosario y los agradecimeitnos correspondientes. 

La narración es en tercera persona, al ser un libro de corte policíaca es el mejor narrador.

El lenguaje es directo, sencillo y lleno de pistas. 

Los personajes son los dos protagonistas:

Andrea trabajaba en un gimnasio cuando conoció a Diletta. Ella es la madre de David y el principal sospechoso de todo lo que está ocurriendo. Cuando descubren que las muertes siguen la secuencia del tiempo de Fibonacci, todo se complica. 

Diletta es la madre de David, es la compañera de Andrea y sus capítulos son de madre absoluta. 

Además está David, el investigado, sus amigos: Bianca Martina y Boboo. Ambos con mucha intriga. 

Mi valoración final es la siguiente: Es una novela de acción, intriga y llena de misterio. Me ha recordado al libro del: Ocho de Katherine Neville con lo de la secuencia de Fibonacci. Es una novela que si te gusta indagar sobre asesinatos, la disfrutarás, sino no. Es entretenida. Me ha encantado la ambientación porque le tengo mucho cariño a Venecia. Eso es la realidad. La intriga la mantiene y aunque, veas muy claro al asesino tampoco dudas. Un gran trabajo de traducción eso sí. Hay ocasiones en las que necesito un buen thriller. 

Mi puntuación es de tres estrellas sobre cinco.