La historia nos presenta a Ember y a Theodore. Ember Miller tiene un pasado complicado… y un exprofesor de Química aún más complicado. Lo suyo con Theodore Moore casi fue un beso bajo las luces navideñas. Casi. Meses después, sí hubo beso. Y manos. Y caos. Por eso ella huyó: del campus, de la ciencia… y de él.

Siete años más tarde, Ember vuelve a Berkeley como profesora. Lo que no esperaba era que Theodore también estuviera de regreso. Ni que sus moléculas siguieran teniendo la misma reacción química cada vez que se cruzan.

La estructura es la siguiente son un total de treinta y dos capítulos.

La narración es en primera persona. Son Ember y Theodore quienes nos presentan su historia.

El lenguaje es fácil y sencillo de leer. 

Los personajes  son los dos protagonistas:

Ember quiere ser viróloga, lo tiene muy claro hasta que conoce al profesor Moore. ÉL se convierte en su mentor. Y ella en su pupila. Pero ella huye del campus después de un beso. 

Theodore Moore es profesor y es lo que más le apasiona. Quiso que su alumna más brillante siguiera sus pasos, pero lejos de eso, creía que no iba a volver a verla. Hasta que ella regresa a al facultad donde todo empezó. 

Mi valoración final es la siguiente:  "Un enredo cuántico" es una novela de amor en la universidad de ciencias entre dos profesores doctores e investigadores. Inevitablemente recuerda a la "Hipótesis del amor" de Ali Hazelwood, pero por el ambiente en el que se enmarca esta novela. Ember y Theodore son ex-alumna y profesor. Nos habla del destino, de reacciones químicas, de moléculas, de diferentes experimentos y estudios, etc. Dentro de los tropes que tiene nos encontramos con: age-gap, ex-profesor y alumna, etc. Es una historia de amor en un ambiente científico-universitario que en algún momento te hace suspirar con su pasado y su presente y cómo el hilo rojo del destino juega sus cartas. 

 Lo más bonito de la novela es la edición especial con los cantos pintados. Porque Ediciones Kiwi nos da lo que queremos los lectores.