La historia nos presenta a Lucía, una joven profesora universitaria, nunca olvidó a Thomas, un americano que conoció durante unas inolvidables vacaciones con un final inesperado. Un amor de verano dulce e intenso del que no tuvo la oportunidad de despedirse. Natalia, su mejor amiga no quiere que siga sufriendo y pretende que se reconcilie con el pasado. Por eso, regresan a: Costa de la Luz. 

Allí, se reencontrará con Juan, revivirá los escenarios que marcaron su juventud... Y descubrirá que existen amores tan fuertes que, a pesar de los años separados, están destinados a encontrarse.

La estructura son un total de treinta y cuatro capítulos y un epílogo. La narración es aditiva. 

La narración es en tercera persona. No es de mis favoritas, pero no ha estado mal. 

Los personajes son los dos protagonistas y varios secundarios: 

Lucía es profesora en la Universidad de periodismo. Como cualquier gallego, podría decirse, tiene su vida en la ciudad y su pueblo de veraneo. Pues a ella, le pasa lo mismo en Costa de la Luz. Pero algo pasó que ella allí no quiere volver y la casa familiar está casi abandonada. Ante la insistencia de su amiga, regresa. 

Natalia es esa amiga que es como su hermana. Tiene dos hijos y está casada. Pero, nunca abandonaría a Lucía a su suerte, si no todo lo contrario, al impulsa a mejorar. Quiere que vuelva a ser ella misma. 

Juan es uno de los amigos de la infancia. Es ese chico que se afincó en el pueblo y ha abierto su propio negocio. Su primo el americano tendrá cierto protagonismo en la historia. Es esa mano que le ayudará a Lucía a encontrar las respuestas que todos desconocen. 

Mi valoración final es la siguiente: Para empezar, me gustaría decir que es alucinante cómo se mantiene el suspense en la novela. Como lector, mueres de ganas por saber qué es lo que ha pasado ese verano. Nos presenta a una profe de universidad que ha pasado sus veranos en: Costa de la Luz. Hay un misterio que envuelve a ese grupo de amigos de la juventud y está dispuesta a descubrirlo. La trama atrapa desde el minuto cero, porque quieres saber más. La narración es impecable y en seguida estás sumergida en la historia. Es una novela veraniega, corta con un estilo narrativo muy cuidado, un misterio por resolver, mucho amor fraternal y puede que también romántico. La recomiendo si buscas una novela corta muy entretenida y con dos hijos perrunos: Lily y Marley.