La historia nos presenta a las hermanas Farnese. El tercer volumen de la serie de: Herederas de la mafia llega pisando fuerte. El padre Farnese tiene cuatro hijas: Oriana, Brunella, Fiorella y Serenella. No quiere dejar su negocio en manos de sus hijas y para ello ha firmado un acuerdo. Será el marido de sus hijas el jefe de los negocios y el dueño y señor de todo. En este volumen, la historia es la de Nella, pero es diferente a las demás porque se convierte en una prisionera.  

La estructura es la siguiente son un total de varios capítulos y dos epílogos.

La narración es en primera persona desde el punto de vista de los dos protagonistas. 

El lenguaje es fácil y sencillo de leer. 

Los personajes  son los dos protagonistas:

Nella es la tercera hermana Farnesse que protagoniza esta saga. Pero, en esta ocasión empieza la historia siendo prisionera. Igual que sus hermanas es fuerte, decidida y no se deja amedrentar. Pero, su actitud en cuanto a acontecimientos del pasado, no me ha convencido del todo. 

Lev es el protagonista masculino de esta historia. Lev empieza secuestrando a Nella, pero poco a poco empieza a enamorarse de ella. Es arrogante y excéntrico. Nadie toca lo suyo y es el jefe de al mafia rusa. Recuerda a la italiana por lo descarada que fue cuando se conocieron y eso le convierte en el gran enemies to lovers. 

Además de ellos dos hay que hacer una mención especial a Artem , el hermano pequeño de Lev que lo humaniza un poco más. 

Mi valoración final es la siguiente: Es una novela de mafia con una trama ágil, de las tres que he leído en esta es donde todo sucede más rápido. Tras decir esto se te ha venido el Dark Romance a la cabeza y te doy la razón. Nos presenta a las hermanas Farnese, hermanas que quieren luchar contra las imposiciones de su padre. En esta ocasión es al historia de Nella. Todo sucede demasiado rápido, atrapa de tal manera que no puedes parar de leerlo. La pluma de al autora es super ágil. En esta novela tenemos a la italiana y a un ruso destinados a odiarse. Representando el síndrome de Estocolmo. El final te deja con la miel en los labios. 

Mi puntuación es de tres estrellas sobre cinco.