Antes de nada, contaros que esta novela la he leído con mi amiga Nieves de Aprovecha la vida cada día. Agradecemos enormemente a Ester y a la editorial el envío del ejemplar para reseñar.

La historia nos traslada a Kinsaleee y nos presenta a Lilia, la gimnasta. Os preguntaréis por qué la llamo así. Pues porque no sabe ser Lilia solo, si no la gimnasta. Por eso, una lesión la obligará a dejar atrás a la gimnasta y centrarse en ella misma. Pero, ¿cómo lo hará? Para empezar, su madre no deja de recordarle a la rítmica, su armario lleno de chándales y su obsesión con el deporte. Nos presenta los desórdenes alimenticios.

Por otro lado, está Troye, ambos se conocen en un faro. Y mientras él ve más allá de la rítmica, ella está en su mejor momento. A él le encanta dibujarla y dibujar, pero cuando ella se distancia, él también lo deja. Y su lugar de tranquilidad; el faro ha dejado de tener sentido.

Es una historia de aceptación, de recomponerse, de dejar atrás el deporte de élite, de amor, de amistad. Y sobre todo de superar la depresión. Tiene muchísimas frases que te marcan, lo he llenado de post-its. Es una historia dura, pero emotiva.

La estructura es la siguiente. Narrado a dos voces y en presente – pasado, alternando los tiempos. Son un total de ochenta y ocho capítulos. No tienen la misma extensión. Unos son más cortos y otros son más largos.

La narración es a dos voces y combina el presente y el pasado. Es una narración muy especial, tanto como ellos. Si no fuera por esta forma de narrar, no se entendería bien su historia.

El lenguaje es juvenil, sencillo, lleno de frases inspiradoras, de mensajes, de esperanza. Es una pluma mágica e insuperable.

Los personajes son los dos protagonistas: Lilia y Troye.

Lilia es gimnasta y nunca dejará de serlo. Su vida era el Didier. Pero un accidente en la rodilla le impedirá volver a subirse a un tapiz. Conoció a Troye cuando más lo necesitaba, pero lo apartó de su lado por la lesión. Tendrá una nueva oportunidad para reencontrarse con él.

Troye es un chico en familia de acogida. Lo describo así, porque empieza como un chico problemático. Es una temática que tampoco está muy vista. A excepción de: Mil motivos para estar juntos de Arianne Martín. No encuentra su sitio con los Adler, porque piensa que lo pueden devolver, como han hecho otras familias antes. Conoce a Lilia en el faro y será su punto de apoyo. Adora dibujar y lo hace genial. Pero la vida también le da otro revés.

Mi valoración final es la siguiente: Es una historia de aceptación, de recomponerse, de dejar atrás el deporte de élite, de amor, de amistad. Y sobre todo de superar la depresión. Es un libro que trata tan bien la salud mental que debería ser lectura obligatoria de un adolescente. Hay escenas que conmueven, otras que te llenan de felicidad y en algunas hasta soltarás alguna lagrimita. Pero, es un libro especial. No puedo decir nada malo, porque me ha encantado. Es cierto, que empieza fuerte y es muy duro, pero lo acabarás amando.

Mi puntuación es de cinco estrellas sobre cinco.