Reseña: Mi mundo en tus ojos de Abril Camino
17:00
¿Qué ocurre cuando dos personas rotas se encuentran en el punto perfecto del camino?
La vida de Summer se hizo pedazos cuando solo tenía cinco años. Sobrevivió al infierno, pero nadie la enseñó a vivir. Hasta que llegó a la universidad, conoció a un chico con los ojos color turquesa y… vio su mundo en ellos.
Logan sabe, en cuanto conoce a Summer, que está tan destrozada como él. Y, entre música de los sesenta, charlas de madrugada, paseos en moto, nubes de golosina y tatuajes que cuentan la historia de una vida, se convierten en el pegamento de los añicos del otro.
Hasta que el pasado es más fuerte que ellos.
Sus vidas saltan por los aires.
Y vuelven a estar… rotos.
Esta es la primera novela que leo de Abril Camino. Supe de ella después del VEL y ahí fue cuando me enteré que era Coruñesa. Y dije, tengo que leerla. Ya que no pude ir al VEL. Os dejo aquí el LINK DE COMPRA.
La historia está narrada a dos voces y en dos partes. Es decir, una parte la cuenta Summer y otra Logan.
Summer sufrió un gran trauma cuando era tan solo una niña. Este hecho hizo que toda su vida, y la de su familia, cambiara de un modo que condicionaría todos los años posteriores. Sus padres no supieron como canalizar todo lo que había ocurrido, y Summer acabó siendo una niña llena de miedos y temores. Ahora toma la decisión de acudir a la universidad, lejos de su lugar de residencia actual para intentar empezar una nueva vida. Ahí en su nueva vida es donde conoce a Logan, un chico encantador que parece tener mucho en común con ella.
Logan está en su segundo año de universidad, estudia Educación Social, y lucha cada día contra algunos fantasmas de su pasado. Cuando conoce a Summer encuentra en ella una especie de alma gemela con la que compartir muchas de sus sombras y aristas. Por fin, todo parece marchar sobre ruedas en su vida hasta que descubre algo de su pasado que lo cambia todo.
La estructura del libro es la siguiente. Está dividido en dos partes. Una la narra Summer y otra Logan. La primera parte, la narrada por Summer tiene veinticinco capítulos y la parte de Logan tiene veintidós y un epílogo que cierra toda la trama.
La narración es en primera persona. Y es genial porque al inicio va contando la infancia de Summer, la protagonista hasta llegar a la época actual en la que comienza su nueva vida. La segunda parte está narrada por Logan.
El lenguaje es sencillo. Es decir, las edades de Summer y Logan no distan mucho más de la mía. Y fue fácil conectar sus vidas con la mía.
De los personajes ya he hablado un poco al principio de la reseña. Porque son la columna vertebral de toda la novela. De hecho solo nos centramos en ellos y en el suceso del pasado. Sus relaciones familiares son muy distintas. La familia de Summer se vino abajo y la de Logan lo apoyan en todo. En mi opinión, se aleja más él de ellos. Tengo que admitir que el romance premeditado desde el principio fue como un golpe y todo muy rápido. Pero se veía venir que algo “gordo” iba a suceder que lo cambiaría todo y así fue.
Aunque como personaje me ha gustado más Summer que Logan. En mi opinión, Logan no se abrió demasiado con el lector y por momentos me costaba pillarle. Aunque lo que es la trama de la historia está muy bien montada.
Mi valoración final es la siguiente, es una novela que se lee bien aunque el ritmo de la segunda parte decae. Y eso no me ha sentado muy bien. Mi mundo en tus ojos cuenta una historia de dos jóvenes que tienen el alma rota por sucesos del pasado y juntos intentarán recomponerse.
—¿Crees que yo estoy rota? —Los ojos se me abren como platos y no puedo evitar que las lágrimas hagan un esfuerzo por salir—. ¿Es lo que te parezco? ¿Una chica rota?
—No. —Logan aprieta su agarre sobre mi mano—. Me pareces una chica lista. Y fuerte. Y preciosa. Me pareces un montón de cosas que no voy a confesar en la primera cita. Pero sé que una parte de ti está rota.
—¿Es porque coincidimos en el centro de terapia? —le pregunto, porque me da pavor que la gente vea en mí lo que veían en Kansas, a una pirada a la que es mejor no acercarse.
—No. O no solo. Te he visto en el gimnasio, golpeando el saco de boxeo como si te fuera la vida en ello. Como lo golpeo yo. Vi cómo reaccionaste el otro día cuando me acerqué a ti por la espalda —baja la voz hasta convertirla casi en un susurro—. Veo el pánico que te da que esto pueda acabar como acabaría una cita entre dos personas que no estuvieran rotas.
—Yo… A mí… —Me trago las lágrimas e intento hablar, pero me doy cuenta enseguida de que no voy a ser capaz de contarle a Logan ni una millonésima parte de lo que he vivido—. Me han pasado cosas.
—Créeme, Summer. Me he imaginado lo peor.
—Ni en un millón de años podrías empezar a hacerte una idea.
—Joder… —susurra.
—No me lo pidas, por favor.
—¿El qué? —me pregunta, con la incertidumbre pintada en la cara.
—Que te lo cuente. No todavía. No… ni siquiera sé si podré hacerlo algún día.
—No. —Logan aprieta su agarre sobre mi mano—. Me pareces una chica lista. Y fuerte. Y preciosa. Me pareces un montón de cosas que no voy a confesar en la primera cita. Pero sé que una parte de ti está rota.
—¿Es porque coincidimos en el centro de terapia? —le pregunto, porque me da pavor que la gente vea en mí lo que veían en Kansas, a una pirada a la que es mejor no acercarse.
—No. O no solo. Te he visto en el gimnasio, golpeando el saco de boxeo como si te fuera la vida en ello. Como lo golpeo yo. Vi cómo reaccionaste el otro día cuando me acerqué a ti por la espalda —baja la voz hasta convertirla casi en un susurro—. Veo el pánico que te da que esto pueda acabar como acabaría una cita entre dos personas que no estuvieran rotas.
—Yo… A mí… —Me trago las lágrimas e intento hablar, pero me doy cuenta enseguida de que no voy a ser capaz de contarle a Logan ni una millonésima parte de lo que he vivido—. Me han pasado cosas.
—Créeme, Summer. Me he imaginado lo peor.
—Ni en un millón de años podrías empezar a hacerte una idea.
—Joder… —susurra.
—No me lo pidas, por favor.
—¿El qué? —me pregunta, con la incertidumbre pintada en la cara.
—Que te lo cuente. No todavía. No… ni siquiera sé si podré hacerlo algún día.
¡Nos leemos en redes sociales!
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