Reseña: Las horas prestadas de Belén Conde Durán

Título: Las horas prestadas

Autora: Belén Conde Durán

Autopublicada

Nº de páginas: 144

Adriana solo tiene diecisiete años y ya ha viajado por medio mundo junto a su padre, un pudiente ingeniero viudo que arrastra a su hija de hotel en hotel para no perder lo único coherente que le queda en la vida. Podría pensarse que Adriana es feliz debido a su clase social, pero nada más lejos de la realidad: lo único que siempre ha deseado es estabilidad familiar y alguien a quien poder llamar amigo. Y eso, desgraciadamente, es lo más difícil de conseguir.

Las Horas Prestadas es un viaje literal y metafórico sobre la baja autoestima, los trastornos psicológicos y la ausencia de raíces; una plegaria silenciosa al amor y la permanencia. Ficción realista recomendada para lectores a partir de 14 años. 

Antes de empezar con la reseña, me gustaría agradecer a Belén el envío del ejemplar para reseñar y sobre todo por querer confiar en mí de nuevo.

La historia nos presenta a Adriana que viaja con su padre de forma permanente. Su intención es ofrecerle todo lo que su hija necesita, pero ella necesita su presencia. Y esa es la que más le falta. Tiene 17 años  no tiene a nadie con quien hablar, está siempre sola. Una vida sin rumbo y llena de tristeza que desemboca en una enfermedad.

Eso sí, conoceremos muchos lugares desde Francia, Reino Unido, Japón, Roma… Son algunos de los lugares que vas a conocer de la mano d una persona inteligente, tierna y fuerte.

La estructura es la siguiente; son un total de trece capítulos. Son super cortos y se lee rápido.

La narración es en primera persona. Es un relato narrado por Adriana, por la jovencita que tanto sufre en esta vida por lo sola que se encuentra.

El lenguaje es simple. Es cercano al lector y enternece.

Los personajes son la protagonista: Adriana y su padre.

Adriana es una joven que sufre en silencio. Porque no tiene con quien hablarlo. Su padre que es el único familiar que tiene, se pasa la vida viajando de un lado para otro. Y vive sola la mejor parte del tiempo. No puede tener amigos porque cambia de lugar cada dos semanas y no puede asentarse. Y lo peor es que siempre está sola.

Mi valoración final: Es un libro enternecedor y triste a la vez. Nos muestra la realidad de una joven que no tiene a nadie más que a su padre y él está completamente dedicado a su trabajo para que no le falte de nada. Pero le falta lo más importante, su familia y el amor fraternal. Por eso sufre en silencio de una enfermedad poco visible. Me ha gustado, aunque se me ha hecho muy corto.

Mi puntuación es de tres estrellas sobre cinco. 

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