Pages

domingo, 8 de julio de 2018

Relato: Mi sueño


Estaba sentada en clase, mirando como la profesora nos enseñaba a dividir. Ella se empeñaba una y otra vez en que si no sabíamos multiplicar nos iba a resultar muy difícil hacerlo. Yo no entendía por qué no; era diferente a mi hermano mayor al que no le había costado mucho esfuerzo aprender la nueva estrategia de cálculo.
La clase estaba llena de libros y yo estaba sentada justo al lado de la estantería en donde descansaban mis libros favoritos. Me encantaban las aventuras y quería vivir una pero con el horario de clase era imposible. ¿Por qué tenemos que pasarnos cinco horas pegados a una silla? Yo solo quiero vivir aventuras pero nadie me comprende. Macarena sigue haciendo aspavientos con los brazos para captar nuestra atención pero las explicaciones orales no me interesan. ¡Yo solo quiero jugar!
Sin querer giro la cabeza y vuelvo a mirar hacia la estantería.

                                                           ***************

Abro los ojos con cautela y observo a un niño pequeño ante mi; debe de tener unos once años. Tiene un palo en la mano y está diciendo cosas muy raras en voz alta. No entiendo lo que hace pero una jovencita con el pelo muy largo y vestida como si viviera en otra época se le acerca.
Miro hacia los lados y observo a un joven desaliñado que lleva una espada colgada en un zurrón. ¡Espera! ¿En dónde estoy? No conozco este lugar; lo sé porque hay una casa muy  rara detrás de ellos y un barco enorme anclado al muelle. Tampoco conozco el muelle, voy casi todos los días a observar los barcos en el puerto y este no es el puerto de A Coruña. 

-   ¡Perdona! - digo llamando la atención del más joven -¿En dónde estoy?
-  En Marabilia. - responde la joven que trata el niño como su fuera su hijo, lo noto en cómo le pasa una mano alrededor de los hombros para que no le haga daño. Ese sentimiento de protección solo lo hace una madre.
¡Ese lugar no existe! - admito mientras me llevo las manos a la cabeza.
-    ¡Tranquila florecilla! - dice el de la espada que parece sacado de las películas de dibujos animados en donde el príncipe salva la princesa. 


Odio que me llame así. No soy ninguna florecilla. No soy, mucho menos, su florecilla. Soy una mujer. Soy una persona. No soy su juguete ni una planta que observar y regar para poder contemplarla a todas horas.

  -   ¡Arthmael! - dice la chica. ¿Ese es su nombre? Debe ser por lo menos de Australia para llevar ese nombre. - Pobrecita se ha perdido ¡Mírala! Soy Lynne. - se presenta.
  -    Y yo el príncipe de Silfos. - responde el de la espada - pero nunca seré el rey de la sutileza.
  -    ¿Y tú eres su princesa? ­- pregunto a la joven - ¿Y tu su hijo, no?
  -    Yo soy Hazan y soy mago; pero no soy su hijo. Seguro que puedo ayudarte a volver a tu hogar. ¿En  dónde vives?
  -    En A Coruña.
  -    ¿Y eso en dónde está? - pregunta el príncipe.


No conocen en donde vivo y estoy nerviosa. ¿Cómo voy a volver a clase? Ni yo misma sé la respuesta. 

 -    ¿Qué es eso? - pregunto mirando al barco y a su tripulación.
  -    Es mi barco - responde la chica - Es el Sueño de Piedra.
  -    ¡Espera! - chillo - ¡Estoy dentro de un libro! He leído ese título en la biblioteca del cole.
  -    ¿Qué dices? - responde el príncipe de Silfos malhumorado - Estás en Marabilia; nuestro hogar. ¿Qué cole?


Intento explicarles que tengo que volver a clase y que si no me ayudan no sé cómo voy a hacerlo. Necesito salir de este lugar tan raro llamado Marabilia. Decido pedirle ayuda al príncipe; seguro que él con su corazón valiente sabrá ayudarme pero mira para el más joven de todos y se desentiende. ¿Los príncipes salvaban a las princesas, no? Pues este príncipe es todo lo contrario. Es ella quien me deja entrar en su barco y le da órdenes a su tripulación para que me lleve de vuelta  casa.

   -    ¿No es el héroe del cuento? - le pregunto a Lynne.
    -    ¿Arthmael? - se ríe - Se da aires de héroe pero en realidad es un inútil. ¿Entiendes la palabra, no? ¿Es de tu reino?
    -   ¡Yo no vivo en ningún reino! - niego - ¡Vivo en una ciudad!
    -  Aunque vivas en una ciudad deberías saber que para ser un héroe se necesita un corazón valiente. - dice Lynne.
    -    ¡Desea con todas tus fuerzas volver a ese lugar de dónde vienes! - dice el pequeño.


Hago lo que me dice. A bordo del Sueño de piedra veo como enfrente de mí aparece un remolino gigante  y el barco va hacia él. ¡Nos vamos a hundir!
Lo siguiente que veo es mi pupitre de clase y a mi profesora que sigue hablando sobre la división. ¿Me he quedado dormida en clase? - me pregunto. Nada de lo que he vivido es real. Decido atender a lo que está explicando pero la curiosidad puede conmigo. Me levanto del pupitre haciendo caso omiso a mi profesora que me está regañando y leo el título del libro en el que he entrado Sueños de piedra. ¿De verdad ha sido todo un sueño o he vivido una aventura?
¿Os ha gustado? 
Hacía mucho tiempo que no os traía algo diferente. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario